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| Sierra de Castril (Granada) |
Se supone que a aquellas personas que practicamos actividades deportivas en el entorno natural nos gusta disfrutar de la naturaleza, claro, y, en consecuencia, nos preocupa su conservación y buen estado. Sin embargo, la realización de estas actividades conlleva siempre o casi siempre un impacto en alguna medida en los lugares en que se desarrollan. Que dicho impacto sea importante o, por el contario, de muy escasa relevancia, depende de nuestro propio proceder, de la forma en que nos comportemos a lo largo de la actividad.
Del mismo modo que existen unas normas de urbanidad más o menos consensuadas para desenvolverse en el ámbito social urbano, existen igualmente unas ciertas normas de comportamiento en el medio natural que, por otra parte, tienen mucho que ver con el sentido común, y también con un elemental sentido de responsabilidad y respeto hacia el medio y sus pobladores. Exponemos a continuación algunas de esas normas básicas de comportamiento, inspiradas en un manual de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), que creemos nos orientarán adecuadamente acerca de cómo actuar en el entorno natural para minimizar el impacto que nuestra presencia en el mismo inevitablemente ocasiona.
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| Dehesa en Las Lagunas de Ruidera |
- Si la aproximación al inicio de la ruta se hace en vehículo a motor, emplear el mínimo número de vehículos posible.
- No gritar innecesariamente. Evitar ruidos y alboroto injustificados, para no molestar a la fauna.
- No ensuciar fuentes ni cursos de agua.
- Evitar cualquier acción que cause erosión innecesaria del terreno. Caminar en lo posible por senderos o caminos trazados. Evitar los atajos.
- Respetar el mundo rural, dejando todo tal y como se ha encontrado antes de la actividad, en especial, las estructuras
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| Río Sella (Cangas de Onís, Asturias) |
propias de la actividad ganadera, agrícola o forestal (vallados y puertas de ganado, abrevaderos, cultivos, etc.).
- Respetar los refugios de montaña, ya sean guardados o no, dejándolos en el mejor estado posible.
- Si se acampa, no hacer surcos, regueros o modificaciones del terreno.
- No enceder fuego al aire libre.
- Preferiblemente, no fumar en el campo y, si no somos capaces de aguantarnos, no tirar las colillas al suelo, ni encendidas, ni tampoco apagadas.
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| Indicadores en la Sierra de Siles (Jaén) |
- Respetar la fauna. No molestar a los animales. Evitar un acercamiento excesivo a los mismos, ya sean estos salvajes o domésticos (rebaños). No dañar los nidos de pájaros; no aproximarse a la nidada; no coger ningún animal.
- No dañar ninguna planta ni estructura geológica o mineral, particularmente aquellas dotadas de un interés especial o protegidas por ley.
- No dañar ni expoliar el patrimonio cultural (histórico, artístico, etnológico...).
- Escoger lugares de parada y descanso en zonas poco
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| Descorche en Despeñaperros (Jaén) |
vulnerables, en función del tiempo de estancia (lejos de posibles nidadas, madrigueras, etc.).
- Buscar sitios alejados de los lugares de paso, cursos y masas de agua para hacer las necesidades fisiológicas. Asimismo, intentar taparlas con piedras o tierra, procurando la máxima salubridad.
- Esquivar siempre que se pueda trayectos que discurran por hábitats sensibles. Si esto no fuera posible, extremar las precauciones para evitar su deterioro.
- No abandonar, ni dejar tras de sí, ningún tipo de desecho, incluso orgánico, que pueda comportar un impacto visual,
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| Senderismo en la Sierra de Castril |
aunque sea mínimo, o cuyo periodo de biodegradación sea significativamente largo. Como norma general, cada participante en la actividad deberá hacerse cargo de sus propios residuos.
Como véis, y en resumidas cuentas, se trata de dejar los lugares por los que transitemos al menos en el mismo estado en que los encontremos; no dejar en ellos ningún recuerdo de nuestro paso o estancia, y tan solo llevarnos con nosotros el imborrable recuerdo de una buena jornada de campo, y alguna que otra fotografía, si es de nuestro agrado.
