lunes, 18 de julio de 2016

Algunos consejos sobre seguridad en el monte


Cuerda de las Almenaras
Aunque el senderismo es una actividad por lo general bastante segura, tampoco está exenta de ciertos riesgos que no debemos infravalorar. No hay que olvidar que los escenarios en los que se practica son muchas veces terrenos ásperos y agrestes, a menudo inaccesibles y difíciles de transitar, muy distantes de la apacible seguridad y confort que supuestamente nos ofrece el medio urbano que en la mayoría de los casos constituye nuestro hábitat "natural". Estaremos de acuerdo en que precisamente ahí radica gran parte de la gracia de este deporte.
No es raro caminar fuera de senderos o por zonas escarpadas, especialmente cuando la actividad se desarrolla en media o alta montaña; lugares en los que es normal tener que salvar importantes desniveles, vadear ríos, caminar por suelos pedregosos o embarrados, y en los que en ocasiones no resulta fácil orientarse, ya sea por la intrincada orografía del terreno, ya sea por las adversas condiciones meteorológicas. La cosa puede complicarse aún más en función del clima, la estación del año, u otros factores  que siempre será necesario tener en cuenta, como la disponibilidad o no de agua potable, o la distancia y facilidad de acceso a zonas habitadas o vías de comunicación.


Si bien la mayor parte de las rutas que desde el club se programan están clasificadas como de nivel medio y bajo (bastante fáciles, por tanto), y casi todas ellas discurren por caminos y senderos debidamente señalizados, hemos pensado  que no está de más facilitar algunos consejos relacionados con la seguridad, esperando que sean tomados en cuenta en todo momento, cada vez que nos planteemos emprender una caminata por el monte.
  • Planifica tu actividad con información contrastada sobre la ruta que vas a realizar (mapas,
    Pedrera en la bajada del Mulhacén
    guías, reseñas de Internet, etc.). Estudia las características de la misma: desniveles, distancias, tiempos estimados, puntos de abastecimiento de agua, pasos que puedan entrañar algún tipo de riesgo, refugios, posibles vías de escape, etc. Si no lo ves claro, hazte acompañar por alguien que conozca bien la zona o participa en las rutas organizadas por clubes senderistas o de montaña.
  • Antes de salir, infórmate de la predicción meteorológica. Factores como la lluvia o la nieve, la fuerza del viento, la temperatura o el riesgo de tormenta, resultan determinantes para la buena marcha de una ruta, sobre todo en la montaña, donde la meteorología es altamente cambiante.
  • Empieza la actividad temprano (antes incluso de la salida del sol) y planifica bien el horario con un margen de seguridad adecuado al más lento del grupo. Ten siempre muy presente la hora de la puesta del sol. Nunca tengas prisa en la montaña.
  • Procura no salir solo. El grupo mínimo aconsejable es de tres componentes. En caso de accidente, mientras uno acompaña al accidentado, el otro puede ir a buscar ayuda. Nunca dejes solo a un compañero, especialmente si éste está fatigado o lesionado.
  • Deja dicho dónde vas y los detalles de tu actividad a alguien (a tu familia, en el hotel, en el refugio, a la Guardia Civil...). A la vuelta, procura informar en el mismo lugar, de tu regreso.
  • Asegúrate de que llevas el equipo adecuado a la actividad que vas a realizar y procura mantenerlo siempre en buenas condiciones de uso: ropa, calzado, documentación, protección solar, botiquín, comida, agua...). En la montaña es conveniente incluir siempre ropa de abrigo e impermeable (sea invierno o verano); manta térmica y un frontal o linterna. Lleva teléfono móvil con la batería totalmente cargada.
  • No sobreestimes tus posibilidades. Elige una actividad acorde con tu nivel físico y técnico. Guarda fuerzas para el regreso (la ruta termina en casa).
  • Mantén una preparación física adecuada. Al monte no hay que ir justo de fuerzas, más bien todo lo contrario. Prepárate entre semana y considera tu forma física como un elemento fundamental de tu propia seguridad.
Fuentes: