El lugar era mágico, sin duda, pero eso nadie lo sabía. Bañaba con su asombroso halo a todos aquellos que osaban aventurarse entre sus centenarios árboles y leñosos arbustos. Dotaba de una fuerza inusual para caminar entre montes y ascender a altas cumbres, aquellas en las que el único paisaje son las desnudas piedras que adornan el camino cuando la nieve se retira empujada por su cálido y estival enemigo. Quien osaba pasar por aquel lugar, quedaba para siempre prendado de la fuerza de la montaña y la belleza del bosque.
Cuentan que en cierta ocasión un grupo que con el tiempo se hizo llamar "Zancajos" anduvo por allí. Habían estado buscando el prodigioso lugar desde hacía tiempo y, sin apenas darse cuenta, lo encontraron. Y la montaña los atrapó. Sin más. Decidieron entonces dar a conocer aquel paisaje a todos cuantos quisieran acompañarles, a todos aquellos a los que no les importara madrugar un domingo para pasar el día entre montes, a todos aquellos a los que cuando el sendero se resiste tiran de esa fuerza interior invisible para superarlo, a todos aquellos a los que en las rutas les importa más el "nosotros" que el "yo"; en definitiva, a todos aquellos que buscan su idílico lugar.Aunque debe seguir oculto, sin ser desvelado su punto exacto de ubicación. Perdería mucha de su fuerza, acabaría desprendiéndose de toda su aura. Así que lo que desde Zancajos intentamos es que cada cual halle su propio locus amoenus, guiando por fantásticos lugares, ascendiendo por impresionantes pendientes, dando a conocer extraordinarios rincones...
Solo hace falta que lo desees. Te estaremos esperando.
Desde Zancajos queremos desear a todos nuestros asociados y vecinos unas felices ferias y fiestas.